martes, 14 de diciembre de 2010

Mis años de tabla

"Mis felicitaciones a tu hija, una excelente actuación".
Entre telones y tablas se basaban mis sábados por la mañana. Mientras que todas las otras chicas de mi edad priorizaban en ir a jugar a casas de sus amigas y despertarse ya pasadas las horas de la mañana de un sábado, yo basaba esas horas entre telones y tablas.
Era una alumna ejemplar, mi entusiasmo y mis ganas hacían que mi presentismo fuera inigualable. Por otro lado, fueron años de potencial máximo de creatividad, era una consigna y subir a crear, olvidarse de todo y seguir adelante.
Durante los primeros años era más un juego que otra cosa, aunque desde los cinco siempre tuve muy claro que tenía una adoración por la actuación. Me costaba mucho pasar la etapa de relajación, era la primer media hora de las tres o cuatro horas en el taller; era casi imposible para mi, mientras yo veía que los demás lograban detener la semana en un segundo y colocar la mente en blanco, yo llegaba con toda la euforia que no me permitía disfrutar de uno de los momentos más importantes de la clase. Con los años fui entendiendo que lograr la plena concentración y conexión con el yo más interno me llevarían a disfrutar aún más de lo que estaba haciendo. Llegó un punto en el que la relajación me controlaba a mi y terminaba emocionándome todas las clases, fue una etapa de transición que logró captar la exaltación y la emoción para mixturarla durante ese momento de la clase.
La parte que más disfrutaba de las clases era la improvisación, a decir verdad, nunca fui de acatar órdenes, por lo que prefería que la consigna sea solo una consigna y no una restricción en la creatividad.
Empezar de tan chica me llevó a aprender mucho de grandes compañeros, las clases juntaban gente de cinco a seis años hasta chicos de catorce o quince. Hay quienes plantean que juntar edades tan diferentes no es recomendable, yo creo que fue la clave del éxito de las clases.
Llegaba junio/julio y lo más esperado por todos eran los papeles de la obra de fin de año, la composición del personaje, la creación del ambiente (en tiempo y espacio) y la comunicación entre los actores parecía ser lo más importante. Nunca fue un problema para mi la letra, tuve de papeles chicos hasta protagonismos y de nuevo papeles chicos, de todas maneras siempre fui muy exigente con la memorización de la letra.
Recuerdo la mayoría de los personajes, pero hay uno que me marcó (curiosamente no recuerdo el nombre) y fue mi primer protagónico en teatro y tuve que componer a una conductora de un talk show, no soy buena memorizando los años, pero debe haber sido por el 1999/2000.
Con los años fui aprendiendo que la exigencia y la perfección eran un rol muy importante en el ambiente de la actuación.
La obra de fin de año era todo un suceso, un teatro a sala llena, padres, amigos, familiares y conocidos desplegaban sus aplausos a mansalva. Hubo años en que fueron dos funciones, sábados y domingos. Siempre  fui muy puntual también, yo creo que por la alegría que me generaba subirme al escenario. Sin duda alguna, los camarines eran lo más divertido de la producción, y bambalinas se vivía con todo el fervor y el miedo que se tiene previa a un estreno.
Cuando los años fueron dándonos cada vez más experiencia, fuimos agregando canto y baile. El canto lo detestaba, aún así, cerramos un espectáculo donde nosostras cinco eramos las voces principales (donde confieso que bajaba el tono de voz para no pasar papelones) del tema de Cats: "Memory" de Barbara Streisand. El año que más terror me dio subir al escenario fue el año de "The flintstones", abrir el espectáculo con un número de Tap y el tema de los picapiedras.
Los años fueron pasando y ya en los últimos no disfrutaba de las clases. Hay etapas en la vida de una persona que quiebran actitvidades placenteras, ella era una de esas.
Mi recuerdo más preciado refiere al grupo. Pasaron un motón de personas, fueron 10 años (1995-2005) y gente que iba y venía pero algunos seguían firmes ahí como el primer día y como lo más firme y lo más importante que teníamos: Cecilia.

jueves, 25 de noviembre de 2010

about me.

Ariana, nacida el 19 de abril de 1990. 
Hermana menor, estudiante de Comercialización y amante de la lectura.
Disfruto de una sonrisa y de una buena canción.
Amo la lluvia, no me gusta mojarme pero el ruido, el olor, el sonido y todo lo que hace a la escena de la lluvia cayendo, me apasiona.
Hablo por mi y por los que están a mi alrededor.
La risa de mis amigas son mi cable a tierra.
Me gusta el café y el té de frutos rojos.

Las despedidas son de esos dolores dulces

El momento de felicidad es un tiempo congelado. No existe la felicidad absoluta por la plena ambición de felicidad constante, por esta razón, existen momentos congelados de felicidad.
Estos momentos los recordamos con nostalgia, los alejamos más del presente de lo que debiéramos alejarlo, es para expresar el deseo o la necesidad de volver a pasar por un momento así. La cabeza nos juega una mala pasada, no nos demuestra el esfuerzo y la lucha por la que se pasó para vivir esa algarabía.
Los momentos tristes, por el contrario, los exageramos, los traemos más cerca de nosotros mismos y los guardamos en la cabeza con una bronca  y una sensación de que sólo nos pasa a nosotros. Estos momentos los aferramos más a la memoria para no pasar por ellos nuevamente, no pasan, como los otros, como fotografías congeladas en el tiempo, expresan hasta sonidos e imágenes que fueron levemente distorcionadas para crear un ambiente un poco más dantesco.
Lo cierto de ambos momentos es que los guardamos en el mismo lugar, están en la "caja negra" como dirían los defensores de la psicología cognitiva, tan así que luchan día a día por permanecer anclados en la memoria y revivir en momentos necesarios e innecesarios.


Del 19 de noviembre de 2010

II

Bautista es inconexo todo el tiempo y todas las veces que puede, Olivia ya no intenta comprenderlo. No se soportan más, no se quieren oír hablar el uno del otro pero sin embargo la ley de atracción no los deja ir.
Hoy es un día ellos, se dieron cuenta de algo muy importante, no se puede vivir pretendiendo no hacer cosas que uno desea desde lo más profundo del corazón. Acordaron menos veces de las que discutieron pero siempre sabiendo que querían lo mismo. ¿Cómo se puede diferir tanto de una persona de la cual se tiene el 90% de las cosas en común? Increíble, pero en ellos era así. Son el complemento perfecto, Bautista es la única persona capaz de tolerar a Olivia en sus reiterados ataques de locura, Bautista es comprensible, entendedor, siempre da en el punto justo y le dice las palabras a Olivia que no quiere escuchar pero que la ponen tan bien. Olivia se fotografía cada vez que hablan, sabe que esa cara de felicidad solo la consigue con las palabras de Bautista. Bautista escucha atónito las palabra de Olivia, siempre tiene algo interesante que decir, es una mezcla de inteligencia y humor, es stand up puro. Olivia pasa días enteros retando a Bautista, pero éste ni la registra, lo bueno de él, es que siempre la escucha, paciente, pero le promete un mundo mejor y pasan meses y vuelve a desaparecer.
Bautista vive en pleno viaje, no sabe qué busca ni cuál es la solución, pero sabe que busca algo, sabe que necesita encontrar lo que está buscando, porque la pesquisa lo va a llevar a la muerte misma. Olivia lo espera, pero lo espera a él, ella sabe que espera, sin embargo, un día, no sabe cómo, ni en qué momento preciso, va a dejar de pensar en él.


Del 14 de noviembre de 2010

I

Bautista no tenía problema, él era así, no se encadenaba a nada, no le gustaba estar atado a compromisos y tener que dar explicaciones. Bautista es de esos que defienden con vehemencia sus posturas, no entienden sobre medios y cosas políticamente correctas, Bautista cree vivir solo en el este mundo pero un día leyó a Olivia.
Ella, cautelosa de sus palabras y eximida en protocolo, no responde a situaciones inconexas, es avasallante pero sabe qué hace. Olivia no piensa antes de hablar, pero rara vez queda mal parada, aunque, habla hasta por los codos. Olivia cree en películas de amor y príncipes azules y defiende, al igual que Bautista, sus ideales; es allí donde se encontraron.
Olivia escribe, ella es vocera de sus propias ideas, pero un día necesitó compartir las cosas con alguien. Bautista, harto de discutir con la pared, comenzó a indagar otros puertos, Bautista y Olivia necesitaban encontrarse el uno al otro.
Ellos se encontraron, discutieron, dialogaron, se saludaron y el le dijo adiós. 
Olivia no lo espera, a decir verdad, se cansó de esperarlo y vive en plena armonía, aunque con el anhelo de volverselo a encontrar, Bautista, por el contrario, no repara en su desaparición, Bautista es mucho menos consecuente que Olivia, él hace y deshace a su gusto, aparece y desaparece cuando lo considera necesario. El problema radica en que Olivia, acostumbrada a vivir con la desaparición de Bautista, un día tuvo que volverselo a encontrar, y no estaba preparada para ello.

Del 8 de noviembre de 2010

Cuba Suya

Nadie entiende Cuba suya, nadie entiende que los han desterrado de ti, no comprenden el anhelo de volverte a tocar, no imaginan que se siente el perderte de sus brazos, no los entienden.
Tan alegres, tan risueños, han perdido su libertad, han perdido, cuba suya, lo más importante en sus vidas. No te asustes paisano, todos buscamos la liberación, no te aterrorizes compadre, lo combaten con música, alegría y cantatas por doquier.
No los separa ni un abismo de ideologías, ni avances tecnológicos, ni cientos de guerras civiles, son retrógrados sin vida ambiciosos por su bolsillo, y ellos, Cuba suya, se quedan atónitos al ver tanta miseria junta.
Un día se va a hacer justicia, un día les van a devolver tanta alegría y tanta gentileza, algún día cuba suya, algún día los liberarán.


Del 27 de octubre de 2010

Manipulación

Hay varias maneras de manipular.

manipular.

(Del lat. manipŭlus, manojo, unidad militar, y en b. lat. el ornamento sagrado).
1. tr. Operar con las manos o con cualquier instrumento.
2. tr. Trabajar demasiado algo, sobarlo, manosearlo.
3. tr. Intervenir con medios hábiles y, a veces, arteros, en la política, en el mercado, en la información, etc., con distorsión de la verdad o la justicia, y al servicio de intereses particulares.
4. tr. coloq. Manejar alguien los negocios a su modo, o mezclarse en los ajenos.

 (Fuente: Real academia española, perdón, necesitaba que quede bien definido el verbo)

Partiendo de la base de que manipular habla de operar con las manos, yo creo absolutamente lo contrario, se manipula con la cabeza, con el habla, con la mirada, con los gestos, pero con las manos es como lo menos dañino, por decirlo de alguna manera.
Se puede manipular agresivamente, via culpa, via flagelo, via amor, en fin, varias maneras de una paradoja contradicción (valga redundancia).
De lo que si puedo asegurar que no hay contradicción es que la manipulación, siempre, y en cada uno de sus casos tienen una connotación negativa, tiene un fin maléfico. Nadie manipula con un buen fin, el "manejar a alguien" nunca es bueno, ni aunque en lo más recóndito de la cabeza se crea que es con una buena intención. Cada uno es dueño y amo de sus propias elecciones y decisiones. Cada uno decide qué hacer con su vida, con su presente, su pasado y su futuro.
"No lo hagas, no te conviene", quién es juez de mis decisiones? quién sos vos para decirme qué me conviene y que no?, nadie, si me conviene o no, es mi juicio, si me equivoco o no será mi culpa, y lo mejor de todo es que si me equivoco yo soy la que tiene que asumir las consecuencias, a diferencia tuya, yo no asumiría nunca las consecuencias de haberme equivocado por tu culpa, por tu maldita manipulación.
"Intervenir con medios hábiles". La peor manipulación es la que se hace desde el lado de la culpa o del amor, son dos sentimientos con los que no se debería jugar, y menos aún para manipular, es desagradable.
"Trabajar demasiado en algo", si, en mi cabeza, en querer cambiarme la forma de pensar, la forma de ver las cosas, en querer que piense como vos, para vos y con vos, forget it, firme yo, firme mis ideas, asco me da que necesites usar la manipulación para que alguien se aferre a tus ideales, asco, sobervia, desagrado.
"Manejar a alguien en sus negocios", mis negocios son mios, no tenés derecho alguno, no hay chance, tu egoísmo me resbala, take it easy.


Del 26 de septiembre de 2010

Un corto ítalo-francés

Un domingo al mediodía como suelen hacer las familias italianas, pero éste domingo era distinto, era raro, no por la lluvia y ese día gris que apabulla la mirada atónita del perro sobre el balcón, sino, por su color francés.
La nona, la que recuerda constantemente la casa de su vida, la anhela todos los días, con ganas de volver (la casa, ya derrumbada, espera a ser llenada por un par de departamento construídos, en un barrio meramente comercial) y comenta, al paso: "en honduras había agua oxigenada".
Las dos hermanas, las hijas del medio y menor, una con un lunar de canas, la otra con el perro de prostituta barata en la mano.
Una necesita que le tiñan ese lunar horrendo de canas, y la otra, con cara de asquerosa, posa el perro sobre la mesa (que la mira desencantado por haberlo sacado de sus brasos), agarra el pincel y pincelea el cabello de la menor.
La menor, que reniega de su vista ya no tan perfecta, equivoca agua oxigenada con leche siliconada.
Dubitativas las cuatro y el perro, nos reimos, preguntamos dónde está la cámara, a la menor parece no importarle, ella quiere teñirse el cabello, la del medio, la quiere convencer de que no va a poder teñirla con esa crema mixturada en la tintura.
No importa, la menor con sus cabellos alocados se encuentra a medio teñir en el medio del almuero de domingo.


Del 23 de Julio de 2010

Changes

Los cambios radican en algo, uno no siente lo mismo antes que después del cambio. Si el cambio es previsto por uno, la satisfacción momentánea es plena (que no quinta que la post satisfacción no sea tan plena como la anterior), en cambio, si los cambios son obligados, puede o no, traer de la mano a la satisfacción.
Yo me inclino por aquellos cambios planeados, por aquellos en los que uno se compenetra para no aburrirse, para ser el mismo con otro caparazón.
Si los cambios son físicos, es grato que los demás lo noten, porque la imagen que uno desea obtener es la que vuelca en el espejo, que supone uno, que es la misma que espera que los demás reciban de uno; por el contrario, si los cambios son internos, uno puede o no, querer que sean vistos por los demás.
En ambas situaciones hablamos de cambios gratificantes, ya que los cambios que no arraigan satisfacción son, transitoriamente, una pesadilla


Del 1ro de Junio de 2010

Dualidad

Creo que ya encontré el problema; la dualidad, la contradicción, el blanco y el negro. No se puede ser rey y verdugo al mismo tiempo, no se puede ser ojo y espejo, no se puede ser manos y pies. Se puede pretender ser ambas cosas, se puede pretender, por ejemplo, ser lo antagónico de lo que se es, pero no se puede ser, la tan famosa "escencia" cobra sentido aquí y ahora. Si pretendo que soy lo que soy, soy eso, en cambio, si pretendo ser lo contrario, sé que no lo soy porque estoy pretendiendo serlo, pero puedo creermelo, entonces puede existir un pasaje de lo que se es y su antónimo.
Por otro lado se sabe que no se puede ser blanco y negro a la vez -aunque yo creo que existen grises- porque los dos son parte de una misma clase de palabras, de una misma categoría, entonces al ser contradictorios, forman parte de lo mismo, y si se pretende cambiar de blanco a negro, en el pasaje, se vuelca una realidad hacia la otra.

Del 30 de mayo de 2010
"Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha al mismo tiempo fue el no aceptar las cosas como dadas. A mí no me bastaba con que me dijeran que eso era una mesa, o que la palabra "madre" era la palabra "madre" y ahí se acaba todo.
Al contrario, en el objeto
 
mesa y en la palabra madre empezaba para mi un itinerario misterioso que a veces llegaba a franquear y en el que a veces me estrellaba." Julio Cortazar



A veces no miramos el contexto en general de las cosas que estamos acostumbrados a ver. Nos quedamos en el centro de la cuestion y no urgamos en lo aumentado. A veces es interesante basarse en lo periferico para comprender lo central.


Del 12 de mayo de 2010
Qué es un te de tarde de domingo?
Qué es un sonrisa en la mañana?
Qué es una estrella en la tormenta?
Qué es una pregunta sin respuesta?
Qué es un mar en invierno?
Qué es un capricho de mujer?
Qué es jazmin por la tarde?
Qué es un amor sin escalas?


Del 25 de abril de 2010

La costumbre

El acostumbrarse forma parte de nuestra ética formal y moral, forma parte de nuestras acciones y de nuestra cotideaneidad; sacarnos del eje no es buen síntoma argentino, ir más allá de las oportunidades que se nos presentan no son buen augurio acá, pero alguna vez nos preguntamos si la simple costumbre de las cosas es buen peón en nuestro tablero?, seguro, es una presa fácil, fácil de corromper, fácil de quebrar y más aún fácil de destruir.
Un día sucede un acontecimiento que nos dificulta las decisiones, que nos martilla el bocho con las distintas jugadas que se nos barajan a lo largo de la vida, pero en el juego no es todo azar, un alto porcentaje de una buena jugada forma parte de las ganas que tengamos de que esa jugada no falle, del entusiasmo que le ponemos al querer triunfar. Hoy en día el sentido puede tomar varios rumbos, el destino puede engañarnos y habría que estar un poco más atento ante ello, porque las decepciones y las desilusiones vienen de la mano de la costumbre, ganar, perder, hasta empatar forma parte de la cotideaneidad de la vida, pero uno se da cuenta que quizás la jugada podría haber sido mejor pero no lo fue porque nos es habitual jugar de una manera específica, estamos acostumbrados a una forma o un estilo de vida que hace más llevadera nuestra existencia y ahí es dónde viene la sorpresa; siempre se aprende, para bien o para mal, las cosas suceden de algún modo y estaría buenísimo no estar acostumbrado a que siempre sea de la misma manera.

Nos gusta, nos encanta, nos fascina -iugh- acostumbrarnos, deberíamos haber escuchado un poquito más a Sartre, quizás hubiésemos entendido por qué la costumbre no lucha contra la naturalidad de nuestros actos.


Del 6 de enero de 2010

Imperativo

- Hombre, yo si que disfruto de los pequeños placeres de la vida.
- ah... ¿si? ¿ Qué tipo de placeres son los que usted disfruta? ¿ por qué se da el tupé de calificar de pequeño a un placer, cuando el léxico de la palabra hace alusión a la inmensidad?
- pido perdón por añadirle el adjetivo de pequeño pero le comento a qué me refiero, yo disfruto de aquellos placeres como reírme, pero reír a carcajadas, reír hasta que se esfume la voz y quede la imagen roja en la cabeza del otro, reírme fuerte y gritar, gritar de alegría, gritar que el disfrute de la vida se estaciona en aquella risa inmensa.
- comprendo, pero debería usted entenderme a mi, no es algo pequeño, pequeño sería complacerse con aquellos placeres como comprar una prenda, ganar dinero, tener una casa grande, irse de viaje, los verdaderos placeres, se encuentran en aquellas cosas como reír, llorar, querer, amar, compartir, vivir, ahora hombre sea capaz de entender que aquel placer que acaba de descubrir es uno de los mejores placeres de la vida, conténtese por ello y brinde por el próximo.


(del 22 de septiembre de 2009)

Si del lenguaje hablamos

Las dichas palabras
y sus sinfines de articulos
conforman un lenguaje
que contrastan el sonido.

Depediendo de su forma
y aun mas de su sentido
abarcan las lienas
de un largo o corto escrito.

Incitan a la gente
a llevar a cabo un camino
que entre tildes y acentos
es recorrido.

Vocales y consonantes
forman parte de un abismo
en el que las comillas interpretan
y los parentesis agregan.