viernes, 18 de noviembre de 2011

Bélgica y Países Bajos

 

Había mid-term exams para la facultad entera y el período estimado eran dos semanas -lo que para mi fueron dos completas semanas de vacaciones- donde la primera mi destino fue (por excelencia) París, y el segundo Bélgica y Países Bajos.
Fue un simple comentario en una de esas noches de Old Fashion que dieron por comenzado el viaje: -"Nos vamos a Bélgica"- a lo que mi respuesta fue: "¿Cuándo, dónde, cómo y cuánto?". No tuvieron que pasar ni dos días que yo ya tenía comprado los pasajes. Ida y vuelta desde Charleroi, Bélgica (quizás nuestro primer error).
Los famosos vuelos Low Cost se denominan así por el simple echo de que te complican la existencia desde el primer minuto hasta el último de tu viaje. Los vuelos de Ryanair salen desde Bérgamo (ciudad vecina de Milán, quizás a unos 90 minutos en micro) y salía a las 6.30 de la mañana, lo que derivó en una noche entera (con todo lo que implica) durmiendo en el aeropuerto de Bérgamo.
Antes de tomarse el mítico quindici (como dicen las chicas), hicieron una parada técnica en el Esselunga (desayuno y varios snacks para poder terminar la noche como corresponde) y como es usual, llegaron corriendo con el corazón en la boca al último micro que salía para Bérgamo, (recuerdo la cara de Beita, enferma ella, y corriendo como si fuese la última vez).
Dado que la parte de "Partenza" estaba cerrado, éramos alrededor de 300 personas durmiendo en "Arrivi". El piso frio y duro fueron parte de la odisea. Dado que no soy de las que duermen mucho en ambientes como esos, fui la última en dormirme y en hacer todo tipo de monerías, chistes y cosas por el estilo.

                               

Alrededor de las 3.30 de la mañana (momento en el que había logrado conciliar el sueño y mis amigos también lo habían conseguido) comienzo a sentir un ruido extraño, una maquina, algo indescriptible, haciendo un ruido increiblemente insoportable, lo que resultó ser el señor de la limpieza, limpiando (valga la redundancia) el piso de "Arrivi".  Nadie podía moverse de lo congelada que teníamos la espina dorsal, pero Irene (típico de ella) grita a los cuatro vientos "Qué suede?" y el señor responde "A partenza, a partenza che é aperto" y la confusión de ella cryendo que debíamos dirigirnos a Malpensa (aeropuerto internacional de Milan) causó los primeros 30 minutos de risa del viaje, y me arriesgo a decir que, quizás, uno de los más divertidos.
En "Partenza" la situación no era muy diferente a la que vivíamos martirizados en "Arrivi", dado que a la pésima situación nocturna, se le sumaban las centenares de personas que despedían a sus familiares/amigos a no menos de 10 centimetros de nuestras caras.
El vuelo a Bruselas no fue nada del otro mundo, quizás una de las pocas anecdotas que quedan por contar es el momento en que Irene creyó que estabamos suspendidos en el aire y debíamos realizar una parada técnica en medio del viaje...
Entre los minutos que pasamos en averiguar cómo llegaríamos a Brujas desde Charleroi y el tiempo que tardamos en llegar, se nos fue pasando la tarde; pero llegamos:


Me costó un siglo hacer que el colectivero entienda "Brugge", o mejor dicho, me costó pronunciarlo a mi. Entre unas 6 combinaciones de pronunciación me cansé y dejé que entendiera lo que el quería, nada, llegamos perfecto a Brujas.
El hostel era lo más parecido a un "Irish Pub" que haya visto jamás. Desde afuera no era más que un bar, pero hacia la derecha había una puerta que conducía a lo que iban a ser nuestras primeras habitaciones compartidas del viaje (de 14 personas, y por suerte la única). Un hostel super colorido, todos acordamos en que fue el que más nos gustó, más allá de las comodidades o especificaciones técnicas (que por cierto eran mínimas) fue el hostel más agradable a la vista y para nuestra estadía nocturna.
En el momento del check-in se me ocurrió anotarnos para un "free tour" (o a voluntad del guiado) que se hacía ese mismo día a las 5 de la tarde. El clima no ayudó, lluvia y mucho mucho frío fueron los que acompañaron nuestra primer noche en Brujas. Conocimos casi todo el centro turístico de Brujas, y quizás un poco más. Deberíamos haber visto la película "In Bruges", dado que un 50% del tour hacía alusión a la misma, pero bueno, por suerte está en una lista futura de películas a ver. El guía era un goma, si, un goma. Hablaba español a la perfección porque era Puerto Riqueño (o como se escriba), pero no decía más que estupideses. En el tour conocimos a Salvatore, un Italiano, de Puglia precisamente que nos acompañó la primer noche en Brujas. Creo que lo volvimos loco con nuestro "Impariamo l'italiano", pero buena onda.

A mi izquierda Salvatore, y entre Irene y Beita el guía.
En la cena se nos unieron un par de personas, dos irlandesas, y un inglés del cual me gustaría poder hacer un capítulo aparte, pero se que las palabras no me van a alcanzar para describir al personaje que lideró la lista de surrealistas del viaje.

"New London"


Se nos acercó sudando a la mesa. Pidió sentarse a compartir la cena con nosotros, con un vaso enorme de cerveza. No nos negamos. Veíamos que no hablaba mucho, quizás por su timidez, quizás por el calor que tenía, no lo sé, vaya uno a saber que se le cruzaba por la cabeza. Al rato se me ocurre preguntarle de dónde es y, para una mejor descripción de los echos, voy a citar la conversación en inglés:

Yo: -Where are you from?
NL: - ....London.
Todos: - Oh, New London...
NL: - Yeah yeah..
Yo: -Where that is?
NL: - In England
(todos nos miramos como diciendo "nos está boludeando", sabemos que es en Inglaterra)
Yo: - and.. its near Bristol?
NL: - no no no, its too far from Bristol, its (...) about 40 miles from there. Its near London.
Todos: aaaaaaaah, Near London... no "New London"

Sé que en palabras no es tan gracioso como parece, pero puedo asegurar que es el día de hoy que nos reímos como en aquel momento.

Al día siguiente nos levantamos y fuimos a recorrer Brujas de día, ya que habíamos visto la ciudad de noche y  estabamos seguros que de día iba a ser doblemente linda.

Nos encontramos con unos españoles que no sabían sacar una foto
Nos tomamos el primer tren a Gante. Llegamos por el mediodía, muertos de hambre. Abrir un mapa de Gante para averiguar donde comer es un poco extraño, el mapa indica lugares de venta de papas fritas, si, papas fritas y quizás comida de ese estilo. Lo que nos llevó a concluir en que en Bélgica se come muy mal y de ahí la frase más repetida del viaje, o una de ellas: "qué mal se come en este lugar" dixit Irene.
No puedo contar la historia de Jacob porque de nuevo debería hacer un capítulo aparte en el viaje, pero sepan que si algún día llegan a ir a Gante, el nombre Jacob es el más recurrente (calles, castillos, lugares para comer, plazas, iglesias... entre otras).
El almuerzo en gante fue de lo más bizarro; nos fuimos de Italia a Bélgica y almorzamos pasta... creo que volví loca a la chica que atendía, nadie comprende que no me gusta el queso en ninguno de sus formatos.
Hicimos las cosas típicas que se hace en Gante y quizás un par de pavadas más.



Se que me olvido gran parte de Gante, pero se está haciendo muy largo y me gustaría poder llegar al final del viaje en un solo post.
De gante nos tomamos el primer tren a Bruselas. Ese día decidí empezar yo con el mapa e ir indicando hacia donde teníamos que ir desde la estación central; fue, quizás, el error más grande que cometieron los chicos. Los hice cruzar calles que no tenían que cruzar, subir y bajar escaleras que no tenían que bajar y entre una gran pérdida de minutos llegamos al hostel. Dejamos las cosas y fuimos a recorrer Bruselas. Dado que me fui con cinco españoles, cuyo país forma parte de la Unión Europea, hacer el camino europeo era, quizás, una de las cosas más importantes para ellos. Bruselas es una ciudad linda, con muchos edificios importantes y una gran cantidad de verde alrededor. Bea y Carlos se encargaron de tener el mapa durante todo Bruselas. Bea iba un poco distraída, se pasó el día hablando por teléfono. Llegamos de hacer todo el recorrido europeo casi muertos. Compramos la cena y nos fuimos para el hostel. Al día siguiente teníamos que irnos a Amsterdam, pero, dado que no teníamos hostel allí, la idea era ir y volver en el día. Una locura. Conseguimos un hostel de pura suerte. Un día antes, una oferta por una noche; fue el hostel más caro del viaje, pero por lo menos dormimos en Amsterdam.

futuras trabajadoras jajaja

edificios como estos, miles en Bruselas

Bea y su teléfono que no paraba de sonar

El viaje Amsterdam salió carisimo y tardó más de lo esperado, pero llegamos a Amsterdam. Dejamos las cosas en el hostel, como hacemos siempre y salimos a recorrer la ciudad. Es sin dudas la ciudad de los excesos, drogas, alcohol, prostitución y BICICLETAS. Si, si algún día llegan a ir a Amsterdam les pido por favor que miren para los cuatro costados, nunca se sabe cuándo una bicicleta o un ciclista puede atentar contra uno. No hay prioridad peatón en Amsterdam, no existe el respeto por el peatón. Me fui enojadisima con las bicicletas; aunque debo reconocer que me parece el mejor medio de transporte y que le den tanta bola y tanta importancia a las bicicletas, me parece una de las mejores medidas que puedan llegar a tomar.
Barrio rojo, casa de Ana Frank, jardines, museos y el "I Amsterdam" es lo que uno puede encontrar en Amsterdam. No fue de las ciudades que más me gustó, pero lo disfrutamos. La casa de Ana Frank fue emocionalmente increíble. Entre historias, fotos y el plasmar el libro en escenas reales fue algo que superó las expectativas. El "I Amsterdam" no es gran cosa, pero sacamos las fotos pertinentes. 
Entre listas de surrealistas, pelotudos y otras cosas fue surgiendo la noche y como fue surgiendo también fue terminando, pero fue sin dudas, una noche muy buena.







Entre holandeses hermosos, llaveros, busos y demáses se nos fue yendo Amsterdam y el viaje en su totalidad.
Pasamos sin duda, un viaje hermoso desde el principio hasta el final. 
Correr por los pasillos de Charleroi porque perdíamos el vuelo fue algo que no estuvo bueno, y menos con un gorro de lana en la cabeza, pero debo agradecer que haya sido un viaje hermoso.



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