¿Quién te mira así? ¿Quién te dijo que no se puede cambiar el miedo?
Reorganizá tu cielo, separando dos o tres piezas de tu pesar. Abriendo la mano al andar. sometiéndote a la desdicha de doblegar tus juicios. Dejando caer ese halo de furia, con un par de besos te voy a alivianar.
Desarmá tu imperio de princesa, derribá los muros de jazmines tristes.
Dejame, abrime, date una oportunidad.
Despojá tus castigos irreverentes y saboreá el rayito de luz. Dame la mano y sobrevolá esa jaula azul noche.
Iluminate el alma.
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