Un acto caótico, de un martes
de todos los martes,
repetitivo y constante
una sublevación infinita.
Un exquisito brebaje,
dos o tres, quizás mil.
Cambian los cosmos,
se apabullan sus cimientos.
Y cae
Siempre temeroso,
hoy un poco más hostil.
Un reniego impenetrable,
un veneno delirante.
Entre lunes cruzados
y miércoles desmedidos.
Subiendo de a poco el cursor
baja y cae.
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