miércoles, 17 de octubre de 2012

Libertè


Sus palabras como estatua en la puerta de su consciencia. 
Son días de poca corriente en sensatez. 
Se fue abriendo una variante de paralelismo promiscuo y clausuro las ventanas del amor. 
Pocas veces encontraba el limbo en su andar, pero le generaba una angustia indulgente que sabía que no podía apartar. 
Su sentir generaba odios poco oportunos para su poca serenidad, que concebía aquellos días de invierno tempestuoso. 
Denegó la magia que avasallaba con su libertad trascendental y su equilibrio contractual. 
Dos días de resabio le llevaría descartar una bronca inminente y así todo le dio frente a un combate sideral. 
Con los años aprendió que las sinergías se cosechan en primavera y que la contrariedad es buena amiga de Judas. 
Su aprender derrumba misterios y fábulas añejas. 
Le embargo su memoria al pasado y dio punto final a un trance subjetivamente innecesario. 
Pocos son los rieles que desatan su locura, pero los suficientes como para volver a empezar. 

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