martes, 22 de septiembre de 2015

fiel a mi

A veces me resulta tan intenso el cielo, su inmensidad, que no puedo estremecerme en su figura.
No quiero que el deseo me soslaye, y terminar bajo el desarraigo de mi sentir.
Simular el quiebre negativo sólo nos da lágrimas que no logran secarme, que humedecen mi piel y la desnaturaliza a mansalva. Es como sentir lo inexplicable que transcurre en mi. Eso que me revolea, me deja sin idiosincracia y me derrumba al instante con el sabor más amargo que pueda degustar. Es llegar a tenerlo todo y que me lo quiten en seco, sin nada mas, ya no sabe como antes, ahora es la imagen de lo sin sabor.
A veces no se modular esa intensidad, y me conquista el ángel rojo.
La perversidad de querer y no querer ese deseo.
Frivolizar esa lucha, esa destrucción inminente, para volver a sentir y nuevamente, no sentir más.
Fi(e)nalmente no sentir un poco más.

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