miércoles, 26 de agosto de 2015

Una tarde en Vondelpark

Mires lo que mires, en el único lugar que vas a ver lo mismo, es para arriba.
En los laterales, los sentidos pueden variar en forma vertical, y lo mismo sucede en la parte de abajo, solo que en este caso, el cambio de sentido es multilateral.

El vertigo es introspectivo, como cuando se consume la llama de una vela.
El aire diversifica cada fracción temporal, y lo vuelve un poco más parte del pasado.

La necesidad se torna simbiótica a lo largo del tiempo, y fusionan en el espacio temporal.

El día se consume con la llama a fuego lento.
Se aclaran los ácaros y se divisionan celularmente en el aire.

Todo es amarillo, y con un blanco que lo recubre.

Es el color que sentimos, con los cinco pilares del cuerpo.

Todo se apaga, lentamente, porque el ojo se va cerrando.

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