lunes, 3 de noviembre de 2014

Lo que me gusta de vos.

Y sospecho -porque aun no tengo el valor de aceptar lo irrefutable- que lo que mas me gusta de vos no radica en vos. Lo que mas me gusta de vos es mirarte y saberte tímido, tocarte y olerte, y saborear tu olor, extasiar con tu olor, suplicarte a mansalva que me esperes dadivoso. 

Lo que me gusta -un poco mas de vos- es tu nariz fría en la cama, cuando nos acostamos y te está por dominar el sueño, cuando te entregas por completo a la naturalidad de vivir, y me rozas la cara con tu nariz fría, y en ese frío yo siento tu calor, yo me vuelvo febril ante esa sensación y me doblego a merced de ese frío inocuo. 

Lo que me gusta de vos es la mirada con la que me buscas cómplice en tus chistes; porque cuando haces reír, solamente buscas que me ría yo, y que en ese reír nos encontremos solos, que no exista nada más que la conexión de nuestra risa, que entorpece nuestra soberbia y nos deja al descubierto de nuestro opulento deseo. Me gusta cuando jugas a que me ría, cuando buscas la felicidad en una risa de a dos. 

Lo que me gusta de vos es cuando entorpecemos nuestra lógica y nos mecemos en enojos no perecederos, porque nos gustamos, y es menester cambiar el rumbo cotidiano de la intensidad que nos cubre, para no aburrirnos, para no distraernos de nosotros, para sabernos jubilosos y despertar las fieras que llevamos dentro; porque con enojarnos logramos amarnos cada día mas, reconfirmamos la necesidad, y queda expuesta la simbiosis con la que cargamos diariamente. 
Me gusta tu soberbia cuando intentas apaciguar la mía, me gusta que me expongas ante mis propios limites, y me  hagas entender que exagero porque eso es lo que conozco, porque soy cómoda hasta en mis llantos, y con ellos no pospongo el idilio de ser feliz eternamente.

Me gustó el día en que te conocí porque me puse en jaque con mi libertad, extenuaste tus risas ingenuas, yuxtaponiendote a la puerta que te quise cerrar. 
Me gusta el día a día porque es meramente desconocido, porque no me acostumbro a las costumbres de la rutina, y porque sos el primero que inventa realidades ajenas como parte de un plan b. 

Me gusta encontrarte las heridas, y descubrirnos poco a poco la melodía de sanarnos.
Me gusta que te gusten mis lunares desubicados, mi cara en perfecto desorden y la frescura de mis ojos sin maquillar. 

Me gusta verte. Me encanta verte. 
Me gusta que me mires a los ojos, me gusta el terror que eso me suscita. Me siento la protagonista de la película más aterradora con el solo hecho de exponerme a tu mirada. 
Me gusta que te gusta que te mire con mis ojos despavilados. Me gustan las mañanas con vos, porque te escucho los sueños, los arropo y me los guardo para volverlos prioridades en tus cumpleaños más cercanos. 

Me gusta escribirte el cuerpo con la tinta de mis dedos, y hacerte un monumento en la espalda de besos irreverentes. 
Me gusta que tu sentir domine a mi lógica, y la acaricie lastimosa. 
Me gusta que no entiendas mis celos, me gusta que los cuestiones y que luego te enamores aún más de sus consecuencias propias de una loca como yo. 
Me gusta escuchar tu risa en una lucha cesareana con mi razón. Me gusta que
siempre ganes vos. 

Me gusta cuando moldeas mis miedos para darle batalla a mis inseguridades, me gusta cuando los penetras con los pormenores de la simpleza y me enseñas que todo es permeable a la felicidad.

Me gusta que me gustes, pero lo que mas me gusta de vos es el egoísmo que me provoca la felicidad de que me gustes.

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