lunes, 12 de diciembre de 2011

Milano va quedando atrás

Tres meses y un poco más; miro para atrás y si que pasó tiempo.
No sé si es la melancolía de que queda poco tiempo de "Erasmus" o el exceso de tiempo que se tiene en época de finales entre estudiar un tema y mirar la mosca sobre el televisor.
Conocer tanta gente con sus particularidades hicieron, sin duda, el mejor "Intercambio estudiantil" que jamás hubiese pensado.
La rutina de: Old Fashion los miércoles, Le banque los jueves se me hizo cada vez más familiar.
El "mítico" quindici desde Arco hasta Piazza Fontana, fue, sin duda y después del 9, el tram más concurrido. Siento que en menos de dos semanas esta cotidianidad va a pasar a ser un hermoso recuerdo, y quizás, por mi manía de no querer terminar las cosas es que ya palpito el final como si fuera hoy.
No me quiero acostumbrar a que las personas que vengo viendo hace más de tres meses, de un día para el otro no las vuelva a ver, y porque soy consciente de mi realidad digo eso.
No sé cuando va a ser la próxima vez que cruce el océano atlántico pero se que no va a ser tan pronto como así lo desee; voy a extrañar a esta gente.

Uno no se suele dar cuenta de lo que puede llegar a crecer en un momento dado; tres meses, en mi situación, es un montón de tiempo. Y lo bueno del tiempo que pasó es que realmente pude darme cuenta de lo mucho que crecí y de lo positivo que fue esto. (Y me acuerdo aquellos días de agosto que le tenía terror a esto, ja, que bueno que tengo amigos que van para adelante siempre y me llevan con ellos).

Hoy me estoy dando cuenta que es una anécdota más, una hermosa anécdota pero ya se planta en el recuerdo. Ya no siento Milano como la sentía ayer, más bien la siento como sentía Buenos Aires a mitad de año. Y lo loco es ver para atrás, y como en una película pasar rápido todas esas imágenes en tu cabeza y haber vivido cada momento es ya parte del pasado.
No quiero que termine esto, porque no quiero que esto pase a ser un recuerdo en mi cabeza.

Y como puse un par de días atrás: "Quisiera que esto dure para siempre, casi tanto como una eternidad".

Pero soy yo, y por eso mismo es que ansío Buenos Aires con toda la furia.
No quiero apresurarme a concluir algo tan básico como lo que voy a hacer pero: Buenos Aires es la mejor ciudad del mundo para vivir, como dice el tango "las callecitas de Buenos Aires tienen ese que se yo" y es verdad, tienen ese "que se yo" que solo un porteño podría explicarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario