domingo, 9 de septiembre de 2012

Detrás del velo


Cuando no podes hacer mas de lo que el cuerpo te plantea, cuando la cabeza no para de procesar. 
Te sentís en un cuento de hojas interminables y de descripciones al estilo de Cortázar, esperas que la trama llegue a su punto de inflexión y  no son mas que frases consecutivas que describen lo intransitable. 

Son aquellas ideas mas idealizadas que la perfección misma, son indultos al aura, son trances insoportables. 

No podes pedirte mas a vos mismo porque la suerte no esta de tu lado. 

Y al día siguiente te despertas contando las horas, cinco ocho o catorce; a esta edad tan incongruente ya da lo mismo. 
Te seguís siéntiendo ajeno a vos, a todos los firmamentos que construiste tan vehementemente y que creíste que ni Alejandro Magno podría derribar, a esos caprichitos de nena ni tan inocente, ni tan atrevida, que a afirma a los 15 haber dejado un tiempo atrás.

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