Cuando no podes hacer mas de lo que el cuerpo te plantea, cuando la cabeza no para de procesar.
Te sentís en un cuento de hojas interminables y de descripciones al estilo de Cortázar, esperas que la trama llegue a su punto de inflexión y no son mas que frases consecutivas que describen lo intransitable.
Son aquellas ideas mas idealizadas que la perfección misma, son indultos al aura, son trances insoportables.
No podes pedirte mas a vos mismo porque la suerte no esta de tu lado.
Y al día siguiente te despertas contando las horas, cinco ocho o catorce; a esta edad tan incongruente ya da lo mismo.
Te seguís siéntiendo ajeno a vos, a todos los firmamentos que construiste tan vehementemente y que creíste que ni Alejandro Magno podría derribar, a esos caprichitos de nena ni tan inocente, ni tan atrevida, que a afirma a los 15 haber dejado un tiempo atrás.
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