martes, 11 de febrero de 2014

to be

Y hoy le pido que me entienda a un mundo con barreras, a las infinitas moléculas del tiempo que avasallan con impunidad.
Abrevio el alma para no desgastarla, me remito sin simpleza a la absurda manera de  aceptar lo quebrantable, lo que supone, a gran escala, un final de tibiezas puritanas.
A mi juicio me remito, con el calor de familiarizar un sueño desmedido, con el sabor de supurar el mar más violento, que vuelve a pies a sobrarlos con fervor.
No dispongo de fusiles desmedidos, a la gloria de andar me someto en mi vigilia. Porque sé que jugando, aún habiendo perdido, me despido de mis miedos y vuelvo a barajar.
No me asustan los caminos, me displace el modo oscuro de cosechar sin labrar.
Subo a riendas de mi ocaso, tambaleo al doblegar. Corro a sabiendas de tropezar y miro atrás a mi pensar.